No siempre es fácil lograr que personas de diferentes edades se vean cara a cara, y eso es especialmente cierto en el caso de los niños y los ancianos. ¿Qué podría tener en común un niño de siete años con un hombre de 75 años? Esta brecha generacional puede que te sorprenda gratamente. Sin embargo, cuando se trata de la interacción entre los ancianos y los niños, muchos cuidadores adultos de padres ancianos se apresuran a advertir a los niños lejos de la abuela o el abuelo por temor a que el niño moleste o moleste al adulto mayor.
En muchas situaciones, los ancianos anhelan la atención y el interés de los niños pequeños, y también les encantaría sentarse y hablar con niños mayores y adolescentes. ¿Cómo sabes cuándo establecer estas conexiones?
Relaciones intergeneracionales
La comunicación es una calle de doble sentido. Ya sea que visite a un abuelo en un centro de asistencia o en un hogar de ancianos, muchos niños sienten que a las personas mayores no les gustan. ¿En qué basan esta creencia? La respuesta más común es que la persona mayor no responde a los comentarios de los niños.
Muchas personas mayores sienten que a los niños no les gustan porque son lentos o creen que no tienen nada de qué hablar.
En cualquiera de estos casos, los cuidadores familiares deben fomentar la comunicación entre las generaciones más jóvenes y mayores. Según las estadísticas actuales, se espera que el número de personas mayores aumente un 56% desde el año 2000 hasta 2020, por lo que es hora de cerrar esa brecha generacional de una vez por todas. Amplias brechas en edad, creencias, tradiciones y hábitos contribuyen a las dificultades de comunicación entre los dos; sin embargo, los beneficios de alentar las relaciones entre los jóvenes y la comunidad de adultos mayores incluyen, entre otros:
- Oportunidades para aprender nuevas habilidades y métodos para hacer las cosas.
- Animar a los niños a aceptar personas de todas las edades, capacidades y limitaciones.
- Brindar a niños y adultos dirección y propósito
- Aliviar el aislamiento de los ancianos.
En muchas culturas (como la hispana y la afroamericana), más hogares son multigeneracionales y están involucrados en algún tipo de atención de adultos mayores; esta tendencia también se comienza a ver en otros países.
Animar a los niños a interesarse por la abuela o el abuelo es una cuestión de incluirlos en los aspectos diarios del cuidado de una persona mayor. Los niños a quienes se les enseña a respetar a sus mayores están mucho más inclinados a ayudar a cuidarlos. Aquellos que han desarrollado estrechos vínculos emocionales con los abuelos o bisabuelos son más comprensivos y pacientes con las personas con discapacidades. Esos niños saben que tienen que hablar un poco más alto y más despacio cerca de la abuela, o que el abuelo puede necesitar un poco de ayuda adicional para acostarse por la noche. Los niños sin abuelos pueden obtener los mismos beneficios de un abuelo adoptado.
Predicar con el ejemplo
La calidad de vida tanto para los niños como para cualquier persona de la tercera edad significa comunicación. Muestre a los niños a través de su comportamiento cómo quiere que se comporten con sus mayores. Por ejemplo:
- Planifique actividades que incluyan tanto a los niños más pequeños como a los adultos mayores.
- Mostrar respeto y atención a los mayores, lo que a su vez ayuda a enseñar a los niños a hacer lo mismo.
- Participe en la narración de historias: todos los días, una persona cuenta una historia: abuela, abuelo, mamá, papá o el niño.
- Haga que la abuela o el abuelo enseñen a los niños nuevas habilidades
- Permita que los niños lean a los ancianos y viceversa.
- Anime a los niños y ancianos a compartir o interesarse en los pasatiempos o intereses de los demás.
Cruzando puentes, uno a la vez
Desarrollar cualquier tipo de relación requiere tiempo y esfuerzo. No esperes que todo salga bien todos los días. Los niños a menudo temen a las personas mayores y necesitan ser alentados lentamente y de manera positiva para un éxito óptimo. A las personas mayores les toma un poco de tiempo adaptarse a los niños vibrantes y activos, así que deles tiempo también para adaptarse. Con el tiempo, las relaciones se desarrollarán, crecerán y nutrirán tanto a jóvenes como a adultos.
¡Anímate y busca esos puntos de encuentro… Seguro que los hay!
Cómo cerrar la brecha generacional entre niños y adultos mayores
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